La productividad depende de numerosos factores. También en el caso de productividad de las ciudades. Así, a la hora de considerar la productividad como índice económico, se suele estimar que es la correspondiente al Valor Añadido Bruto (VAB) por cada uno de los trabajadores de una determinada economía.
Vendría a ser, tomada de este modo, al valor añadido que cada empleado genera con su trabajo. Es lo que se conoce como «productividad aparente del trabajo».
Tiene la limitación de considerar el trabajo como homogéneo, con una utilización idéntica de tecnología y una dotación fija de los restantes factores productivos. Una reducción, sin duda, pero que al menos sirve para establecer comparaciones.
La productividad aumenta con el tamaño
Decíamos que la productividad de las ciudades depende de muchos factores. Uno de ellos es, por ejemplo, el hecho de contar con empresas innovadoras y trabajadores cualificados.
Pero existe, como se puede ver en el siguiente gráfico una tendencia general por la que la productividad aumenta a mayor tamaño de las ciudades.
En primer lugar, las ciudades grandes tienden a contener mayores volúmenes de capital humano. Aunque eso no quiera decir que la progresión implique que ese aumento sea siempre del segmento de los empleados mejor cualificados.
Como parece lógico, el volumen de trabajadores cualificados y poco cualificados crece homogéneamente.
Proliferación de sectores con alta productividad
Lo que si ocurre es que las ciudades más grandes suelen presentar una mayor proporción de sectores con alta productividad. Es el caso de los servicios de consultoría, jurídicos y financieros.
Por otro lado, es más probable que este tipo de ciudades constituyan núcleos o centros de servicios en los que se canalizan flujos comerciales, financieros y de otro tipo. Requieren la prestación de servicios de alto valor añadido.
Otro factor a tener en cuenta es el hecho de que la productividad de una persona aumente con el tamaño de la ciudad en la que vive y trabaja.
Las estimaciones recientes de la OCDE sugieren que la productividad aumenta entre un 2% y un 5% cada vez que la población se duplica.
Así se desprende de un estudio de la OCDE, en el que se analiza la productividad de ciudades de diferente tamaño en Alemania, México, España, Reino Unido y Estados Unidos.
Sinergias en las aglomeraciones
Las ventajas de la aglomeración habitualmente provienen de las sinergias que tienen lugar dentro de ella. Así el hecho de que se compartan más recursos, de que haya un mayor ajuste o correspondencia entre recursos y beneficiarios de éstos o de la mayor capacidad para desarrollar un aprendizaje, por la mayor acumulación de conocimiento. Así lo explican Gilles Duranton y Diego Puga en este artículo publicado en 2004.
En las mayores concentraciones urbanas, las empresas se benefician del hecho de disponer de una mayor oferta de bienes públicos a escala local, así como recursos compartidos como laboratorios y universidades públicas, También para las empresas es más fácil que encunetren proveedores. Que respondan mejor a sus necesidades.
De igual modo el mayor tamaño del mercado laboral en estas ciudades hace posible un nivel de flexibidad mayor y una mejor correspondencia entre cualificación y puestos desempeñados.
Difusión y acumulación de conocimientos
Además, la generación difusión y acumulación de conocimientos resulta más sencilla en las aglomeraciones de mayor tamaño. Esto facilita el acceso tanto a las tecnologías como a las cualificaciones necesarias para el desempeño de trabajos más productivos.
También se tiende a pensar que las ventajas de la aglomeración están relacionadas con el hecho de que los ciudadanos estén mejor conectados. También de que quizá provengan de unos niveles más elevados de capital basado en el conocimiento (activos intangibles) en las empresas ubicadas en ellas.
Las aglomeraciones vecinas y su influencia
Pero además, estas ventajas de las aglomeraciones no nacen sólo del aumento de tamaño de la gran ciudad. También del crecimiento de las poblaciones que están en contacto con ella, las aglomeraciones vecinas.
De este modo, cada vez que se duplica la población residente en concentraciones urbanas dentro de un radio de 300 km se calcula que la productividad de la ciudad situada en el centro aumenta entre un 1 y un 1,5%, según el citado estudio de la OCDE.
‘Spain is different’, también en esto
En el caso de Estados Unidos parece claro que las ciudades más grandes son las más productivas, como puede observarse en el segundo de los gráficos.
Pero España la tendencia global no se ve de manera tan clara, al menos con las ciudades más grandes.
Ocurre que algunas ciudades de tamaño medio se sitúan en buenas posiciones de productividad. Esto provoca que Madrid y también Barcelona aparezcan más bajas de lo que cabría esperar para ciudades de su tamaño en otros países.
* Fuente: Además de las citadas, este estudio de la Comisión Europea.
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