La Anábasis de Jenofonte es la gran aventura épica de un ejército griego en territorio enemigo que buscaba el camino a casa de la forma más segura posible. Si tuviéramos que buscar una gesta similar en el mundo romano, tal vez sería la historia de la legión perdida de Craso.
Desde el año -60 hasta el -53 estuvo vigente una alianza no oficial entre César, Pompeyo y Craso, conocida como el Primer Triunvirato. Eran los últimos tiempos de la república romana.
Craso había ganado fama por su victoria en la rebelión de Espartaco, la llamada Tercera Guerra Servil. El general fue nombrado gobernador de Siria y de los territorios orientales. Eran, de hecho, las provincias más ricas, cosmopolitas, pobladas y urbanizadas de todo el territorio romano, por lo que las riquezas que podían conseguirse eran enormes.
Sin embargo, Craso ansiaba la gloria militar, y decidió emprender una campaña contra los partos, más allá del río Éufrates. En el año -53 tuvo lugar la desastrosa batalla de Carras, en la que el ejército romano fue aplastado por las tropas partas. Craso murió allí mismo, y se calcula que sus enemigos capturaron unos 10 000 romanos mientras que otros 20 000 fallecieron.
El desastre alcanzó tal fama que hoy seguimos rememorándolo en la expresión “craso error”, tan común en nuestra lengua y cuyo origen es precisamente la batalla de Carras.
La leyenda de legión romana perdida en Asia
Tanto Plutarco como Plinio el Viejo aseguran que estos 10 000 prisioneros fueron llevados a la antigua Bactriana, en Asia central, donde existió un reino fundado por uno de los generales de Alejandro Magno un par de siglos atrás. Allí, los partos permitieron que los romanos esquivaran la esclavitud y la condena a muerte a cambio de servir en el ejército para defender aquella lejana provincia de los xiong nu, unos posibles antepasados de los hunos.
En el año -20, Augusto consigue un tratado de paz con el Imperio parto y, entre las condiciones, se encontraba la devolución de prisioneros. Sin embargo, el paradero de aquellos legionarios era ya totalmente desconocido.
Aquí se pierde la pista histórica de los soldados romanos. Hay, incluso, quien duda de que la información que nos ofrecen Plutarco y Plinio sea cierta. En cualquier caso, todo lo que sigue en adelante es leyenda o mera especulación.
La teoría de Li Jien
En unas crónicas de la dinastía Han, en China, se menciona que en el año -36 hubo una batalla contra los xiong nu. En esta batalla, según el historiador chino Ban Gu, los defensores de la ciudad eran una tropa veterana que se defendía en una empalizada cuadrada y que, al salir, formaban en una forma extraña “como de forma de escamas de pescado”.
Algunos historiadores, principalmente el estadounidense Homer Dubs, han querido ver en esta forma de escamas una formación testudo, tan característica de los romanos, y en estos hombres veteranos, a los soldados capturados por los partos en la batalla de Carras.
La mayoría de los historiadores rechazan la teoría, aunque un reducido número sigue apoyándola.
La región romana perdida en China en la actualidad
Desde el año 2001 se han hecho varias pruebas genéticas a los habitantes de las zonas aledañas a la ciudad de Zhelaizhai, en la actual provincia de Gansu. Esta ciudad se llamó, antiguamente, Li-JIen, lo que para algunos es la adaptación fonética al chino de la palabra latina legión.
Efectivamente, los resultados de los estudios afirman que el 46% de la población de la zona comparte algunos rasgos genéticos con las poblaciones europeas. Sin embargo, y pese a lo impactante que puede parecer la noticia, esto no quiere decir mucho: desde muy antiguo existieron poblaciones indoeuropeas en esa zona, entre la frontera centroasiática y el Imperio chino.
Por lo tanto, ahora mismo no parece haber ninguna prueba que demuestre la presencia de romanos en la actual provincia china.
No obstante, la falta de pruebas no significa que los locales no hayan dado la historia como buena. Actualmente, los habitantes de la zona se identifican con aquellos valientes y veteranos legionarios, y la ciudad de Zhelaizhai cuenta con unas columnas romanas y no es difícil ver a población local disfrazada con una especie de uniforme militar romano.
Podéis buscar fotos en Google. Son realmente curiosas.
«craso error» no viene el nombre de Craso, sino del adjetivo craso.
Buen artículo, pero hay que eliminar las frase donde explicas que la expresión «craso error» viene del error del general Craso. No es cierto. La palabra craso quiere decir gordo: craso error es un error gordo. Al mismo tiempo, el general se llamaba así por ser el apodo de algún antepasado seguramente «entrado en carnes».