Un viaje a la España de los seres mitológicos

España es un país tradicionalmente poco dado al mundo del más allá o a los cuentos de hadas. Bueno, miento, pues la religión católica ha sido una fuente de seres mitológicos y leyendas tan buena como cualquier otra. Y España, por suerte o por desgracia, sabe muchísimo de catolicismo.

Para desenterrar tópicos, diremos que tampoco ha habido mucha diferencia entre la fuerza del catolicismo en España y otros países de sus mismas características geopolíticas a lo largo de la historia. Por lo tanto, la mitología cristiana española es muy rica, pero no más que la de los países vecinos.

La península ibérica en vista de satélite. En los pasajes de bosques frondosos y montañosos del norte viven la mayoría de las leyendas sobre seres fantásticos

Pero parece que el catolicismo se resiste a usar el término mitología, por razones de sensibilidad, supongo. Aquello de la mitología es algo irreal: cuentos, leyendas; y se opone frontalmente a la realidad divina incuestionable de la omnipotencia cristiana. Y es de mitología de lo que quiero hablar, por lo que habrá que dejar los mitos cristianos a un lado.

El realismo en España

Retomo el inicio, pues: España es un país poco dado a mitologías y cuentos de hadas. Esto es común a los países de tradición latina en Europa, con más o menos excepciones (Francia tiene más influencia germánica, por ejemplo). Es famoso el realismo que exhume nuestra literatura desde la Edad Media. Este realismo llegó a su culmen con el Quijote, que se reía de las fantasiosas novelas de caballerías.

Estatuas de don Quijote y Sancho, en la plaza de España de Madrid

Este apego a la realidad ibérica no es solo artístico: puede que sea uno de los motivos por los que la Inquisición apenas prestó atención a las brujas (al igual que en el resto del sur de Europa). Esto es constatable si comparamos en el número procesos abiertos contra brujas en el centro y norte de Europa con los casos del sur.

La mitología en el folclore de España

Pero no escapamos a las leyendas sobrenaturales y seres mitológicos que entran en la tradición de prácticamente todos los países de Europa. De hecho, dentro de España hay zonas famosas por sus mitologías, todas ellas en el norte: Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco. Sin embargo, otras zonas como Cataluña, Castilla o Andalucía también tienen un buen catálogo de seres sobrenaturales, fantásticos y mitológicos.

Parece lógico pensar que en los frondosos valles del norte era más fácil la aparición y conservación de los seres fantásticos. Sin embargo, hay leyendas de toda índole en cualquier parte de la península. Foto de Asturias

En este artículo hablaré solo de aquellos que, con algún matiz regional, pueden encontrarse en el folclore de cualquier rincón de la península.

Los trasgos, trasgus, martinicos…

Los duendes del hogar están presentes en toda España y tienen características similares. Son seres diminutos, muy bromistas, que hacen trastadas y gastan bromas constantemente, pero no son malos. Es casi imposible verlos porque son muy tímidos.

En Andalucía y Castilla-La Mancha se llaman martinicos, en Castilla y León, Asturias y Cantabria, trasgos. Un rasgo curioso es que tienen un agujero en la mano izquierda que les impide coger cosas de pequeño tamaño. Entroncan con la más antigua tradición indoeuropea, ya que son seres comunes en las tradiciones latina, celta y germánica.

Los trasgos guardan relación con los tradicionales leprechauns irlandeses

El gamusino

El gamusino es un animal fantástico de forma incierta, que se usa para gastar bromas a los niños, cazadores o excursionistas que salen de la ciudad. Viven en los bosques y en los campos, y se le dice a quienes no lo conocen que deben buscarlo: “me tienes que traer un gamusino”. Son, claro, imposibles de encontrar.

El hombre del saco, el sacamantecas y el coco

El hombre del saco es un ser malévolo y nocturno. Por la noche, se acerca a las casas de los niños que se comportan mal, se mete en sus habitaciones y los mete en su saco para llevárselos. No se sabe muy bien qué hace con ellos una vez que se los lleva, pero es mejor no averiguarlo.

Relacionado con el hombre del saco está el sacamantecas, un personaje que rapta niños y mujeres para quitarles las grasas. Con ellas hace ungüentes, aceites y jabones. Su origen podría ser la Edad Media, ya que durante esos años se daba mucho valor a la grasa corporal.

La creencia en los beneficios de esta sustancia, de hecho, ha existido hasta hace poco. Otro ejemplo de ello sería la novela de El perfume. Volvió a ponerse de moda a finales del siglo XIX y principios del siglo XX debido a varios casos de asesinatos que encajaban con su descripción.

«Que viene el coco», una lámina de la serie «Los caprichos», de Goya

El coco es común a toda la península y a sus excolonias. Su función es la misma que la del hombre del saco y el sacamantecas, pero este ser devora a los niños. De hecho, una famosa canción en España dice: “duérmete niño/duérmete ya/que viene el coco/y te comerá”.

En Galicia, como se verá, este personaje está mezclado con el dragón. Hay muchísimas teorías acerca de su origen, tanto en Europa como en América, y las más diversas etimologías. Son tantas y todas están tan poco comprobadas que no merece la pena hablar de ellas.

El dragón

El dragón es, aunque varíe algo en su forma, características y comportamiento, también un ser común a toda la península. Hay leyendas sobre él en Galicia, donde se le llama coca; también en Cataluña es muy conocida la leyenda de San Jordi, su patrón; en el País Vasco tienen al herensuge; en Madrid sus montes del dragón (como se llamaba antes a Guadarrama, por la forma de los montes y porque supuestamente allí habitaba uno); en Asturias y Cantabria tiene al cuélebre, que vive en las cuevas y en Andalucía tienen al lagarto de Jaén. Este último incluso ha dado lugar a un famoso dicho en la ciudad: «reventar como el lagarto».

El cuélebre, dragón típico del norte de España

El basilisco

También el basilisco tiene mucha presencia en España. De origen griego, tomó la morfología por la que lo conocemos ahora en la Edad Media. Se supone que es un gallo con alas reptilianas y cola de serpiente.

En Cantabria existe la leyenda del gallo negro, que nace del cadáver de un milano surgido de un huevo incubado una vez cada siglo. También lo encontramos en el Pirineo catalán como protector de las tumbas de aquellos que se enterraban con sus riquezas, así como en Málaga y Toledo.

La morfología actual del basilisco data de la Edad Media

Caballeros que luchan contra dragones, campesinos que revientan lagartos, pájaros que nacen una vez al siglo, monstruos nocturnos, asesinos sádicos, animales fantásticos que habitan los bosques, duendes… tal vez no ande tan escasa España de fantasía como pudiera parecer.

8 comentarios en “Un viaje a la España de los seres mitológicos”

      1. Gamusino deriva del latín gammus, que dio origen a gamo, por ello se le decia a los cazadores novatos que cazasen algún Gamusino a modo de novatada.
        Tanto el «hombre del saco» como el «sacamantecas» están basados en personas reales cuellos hechos y juicios fueron conocidos en su momento: el primero rapto niños para venderlos después y el segundo era un asesino que aprovechó la grasa de sus víctimas para hacer jabones que vendía después.
        El Coco es un ser del folclore español, se originó en España y se exportó a América. Se representó como una figura humana totalmente cubierto de tela. Por ello, al encontrar las frutas de palmeras que asimilaban a la representación de el Coco los españoles las llamaron cocos.
        En ocasiones se canta «que viene el Coco y te comerá» y en otras»que viene el coco y te llevará»pero siempre es una amenaza para los niños que no duermen a su hora.
        El aspecto tradicional del asilisco es de serpiente de unos dos metros, aunque con poderes; se decía que podía matar con la mirada, aunque otras versiones, como en el Maleus Malificarum, se dice que era por medio de un gas. La representación con características de gallo se da porque, aunque con variaciones, se decía que era originado por un huevo de gallina incubando por una serpiente o un sapo. De hecho, solían decir que los gallos eran los únicos seres que atemorizan a los Basilisco.

  1. marta susana guillen

    El encanto del paisaje gallego está muy bien expresado por el talentoso escrito Robert Arlt.-el lo llama paisaje de brujería.-de magia blanca ,roja y negra.-bosques de terciopelo oscuro y montañas de papel azul. .-el folklore gallego es tan rico como el nórdico y además muy semejante.-las fuentes de agua también están pobladas de espíritus.-los espíritus se encuentran en todas partes.-pueblan la casa merodean en torno de la cira……da gusto leer a ROBERTO Arlt escritor argentinoo que detalla con tanta precisión LA MAGIA QUE SE DESPRENDE DE sel paisaje gallego.-Sus aguafuertes gallegas y asturianas no tienen desperdicio.-Gracias por este estudio de la mitologia Gallega en el folklore Gallego.-

  2. Jacqueline Fernandez

    Disculpe, pero todos los países tienen leyendas y personajes del folclore popular, pero lo que no entiendo es ¿que tiene que ver el Catolicismo con todo esto? Que usted no haya tenido la gran suerte de estar presente en un milagro no quiere decir que no haya existido.

  3. Me gusta el repertorio de seres fantásticos peninsulares, ¿Cuáles serán los portugueses? soy de Latinoamérica al sur y allí conocemos al basilisco y al cuco (una transformación local del coco), al hombre de la bolsa y a la mano negra. Me gustaría encontrar representaciones de todos estos «feos» en las diferentes épocas.
    Muchas gracias y un saludo.

    1. Hola, Ana.

      Por desgracia, de los portugueses no puedo decirte mucho, aunque la mayoría de la escasa lista que aquí presento son compartidos. Seguramente, como en tantos aspectos, haya grandes coincidencias ibéricas que habrán pasado en mayor o menor medida a Latinoamérica.

      Un saludo.

  4. PEDRO LÓPEZ GÓMEZ-MONEDERO

    Me gusta mucho su blog pero es una pena que siga usted también la moda de ningunear a Aragón y su historia. San Chorche en aragonés o San Jorge es el patrón de Aragón y no porque lo diga yo, sino porque su única aparición al sur del Pirineo fue en la batalla del Alcoraz Huesca.

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