José Miguel Viñas me recibe en la ciudad de los periodistas, en una cálida tarde de verano. Una época en la que todo el mundo quiere saber qué tiempo hará en sus vacaciones.
Los «hombres del tiempo» han adquirido un papel protagonista en nuestros días, con un interés creciente por parte de la población hacia la meteorología. Viñas es consciente de ese cambio.
Madrileño y nacido en 1969, Viñas es físico del aire y comunicador científico, especialista en Meteorología y temas afines. Es consultor de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y trabaja en la actualidad en los proyectos en México. Es el actual Presidente de la Asociación de Comunicadores de Meteorología (ACOMET). También edita el portal DivulgaMeteo.
Con amplia experiencia en predicción meteorológica, destacan sus trabajos como meteorólogo en diferentes medios de comunicación (TV, radio, prensa e Internet), así como su labor docente, habiendo ejercido como profesor de Meteorología Aeronáutica (Aerea FTO, Aeromadrid) entre los años 2002 y 2010.
En televisión, trabajó durante cinco años (1999-2003) en Antena 3, formando parte del equipo de Meteorología de los Servicios Informativos de la citada cadena. Desde 2004 es colaborador habitual de RNE, con distintas secciones en el magacín de fin de semana, “No es un día cualquiera”.
Le apasiona el tema del que habla, la meteorología, y lo transmite en sus palabras. Elegimos un banco, a la sombra de una frondosa vegetación cerca de un fuente. Es tiempo de hablar del tiempo.
¿Hacia dónde camina la predicción meteorológica?
Una de las cosas en las que más se está invirtiendo es en la regionalización, no ya decir cuánto va a subir la temperatura, sino poder predecir en qué zonas va a hacerlo con mayor o menor magnitud, incluso en la precipitación que es la que hay más incertidumbre.
De este modo podremos saber si va a llover más en el sur de la Península o si lo va a hacer con mayor o menor intensidad. Ahora mismo los esfuerzos a nivel de predicción climática se están dirigiendo hacia eso porque al final lo que nos importa es saber lo que va a ocurrir en la zona donde cada uno de nosotros vive.
¿Todo es negativo para el clima con el cambio climático?
El que vaya a subir el nivel del mar en promedio tantos centímetros es un dato que está ahí, pero eso al final puede traducirse en que unas zonas puede subir mucho más de ese promedio o en otras zonas incluso puede bajar. En las zonas donde va a bajar, lo interesante es saberlo con anticipación porque ahí no va a haber ese problema. Si va a haber aspectos positivos también hay que decirlo.
Por ejemplo, a lo mejor los veranos en nuestro país comienzan a ser muy extremos en lo que es el corazón del verano, la canícula, pero eso puede ser un área de oportunidad para desarrollar la actividad turística fuera de esa temporada. Ahora estamos acostumbrados, incluso por la dinámica laboral, a hacer el parón en agosto.
Quizá llegue un momento en el que la distribución de días de vacaciones al año se hace de distinta manera y ya no todo el mundo hace la parada en agosto. De este modo, si ahora hay zonas que tienen temporada baja fuera del verano, a lo mejor dentro de 20 o 30 años están ganando turismo, en plena temporada alta. Por ello, hacer un análisis donde se vean aspectos que puedan ser positivos también es interesante.
Es muy complicado predecir a largo plazo que va a pasar…
El principal problema de la predicción climática es que como lo que ya se ha demostrado es que nosotros hemos influido en el clima y eso ya no se puede poner en duda, al final lo que puede pasar en el futuro va a depender de cómo vayamos actuando, por eso ahora se está insistiendo en el tema de reducir emisiones.
Si se reducen emisiones habrá unos escenarios, si no habrá otros. Ya no es un asunto que dependa sólo de factores naturales, sino que nosotros estamos actuando sobre el cambio climático y en parte vamos a ser responsables de la evolución final del clima.
Teniendo en cuenta que vamos a influir en el clima, ¿hay una parte natural que puede predecirse?
En parte sí. Hay factores astronómicos, factores geológicos, ciclos de larga duración, de varias décadas, que se sabe que se repiten en la actividad solar, en el transporte de los oceános y hay ciclos naturales que ya más o menos se tienen localizados y que en los modelos climáticos se introducen para hacer la simulación. Pero la complejidad es la otra parte que es una variable total, no hay manera de controlarlo. Lo único que se hace en el es plantear un escenario de emisiones.
De la mezcla entre factores naturales y humanos, ¿cuánto pesa cada uno?
En el último informe del IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change, por sus siglas en inglés), las emisiones antrópicas tenían un peso del 60% en el calentamiento observado y sólo un 40% sería derivado de los factores naturales. Estamos por encima de los factores naturales.
Los factores naturales no necesariamente tienen que conducir a un calentamiento…
Por supuesto, por ejemplo puede haber un aumento de la actividad volcánica que a un corto o medio plazo provocarán un enfriamiento que podrá compensarse en mayor o menor medida por la aportación de gases invernadero de nuestras emisiones. Ahí ya entramos un poco en un terreno complicado de saber exactamente porque tendrías que hacer una simulación de un aporte de aerosoles a la atmósfera equis, cuanto incremento provoca y cuál es debido al efecto invernadero. Que la actividad solar aumente o disminuya también influye, pero nosotros estamos introduciendo ahí un factor y bastante importante.
¿Qué ocurrió cuando se predijo en 2013 que tendríamos un año sin verano?
Era una predicción mal hecha. No lo llegué a investigar, pero no sé qué factor especularon que iba a provocar ese enfriamiento. Según leí el titular me pareció muy fuera de lugar. Ahora mismo se está invirtiendo mucho dinero en las predicciones estacionales, que en Estados Unidos ya funcionan bastante bien, pero en Europa es mucho más complicado y yo imagino que, dentro de 10 o 15 años, en marzo tendremos una predicción estacional que se ajuste bastante bien a cómo va a ser en nuestro ámbito el verano. No hay ningún modelo y los que existen están en pañales.
Los británicos también decían que este va a ser el verano más cálido…
Yo observo que siempre que empieza el verano nos llaman muchos medios porque les interesa saber eso. Habrá algún modelo que haya dado un modelo más cálido pero faltan datos. En Estados Unidos funciona mejor porque allí el comportamiento del verano está marcado por la conexión que hay con el Niño y la Niña, en cómo está el agua del Pacífico tropical.
Venimos de un año que ha habido Niño. Esa señal es tan potente que modula por completo los patrones meteorológicos, de manera que está muy estudiado que un año de Niño tiene como consecuencia, lluvias en determinadas zonas a nivel de continente americano y de franja tropical. Pero en Europa, la señal del niño se diluye.
El Niño -producido por un calentamiento de las aguas del Pacífico- a nivel global es muy potente. Provoca más precipitación en la zona de Chile-Perú y sequías en el otro lado de la cuenca. Aunque no sea un Niño fuerte, se detecta, pero si es fuerte se agudiza. En Europa la variabilidad es mucho mayor y aunque haya un año de Niño puede haber más circulación en el Atlántico, más ondulación pegando a la Península y al revés. La manera en que la dinámica se produce en el Atlántico, no está tan condicionada por lo que ocurre en la otra cuenca.
Sin embargo, el niño altera totalmente los patrones en lo que es la fachada en América. Aquí influye mucho más lo que genera el Atlántico, las borrascas generadas en Islandia y Terranova. Si te alejas de los trópicos y te vas a la cuenca del Atlántico, la variabilidad empieza a ser muy grande y cualquier señal que el Niño lanza una zona de aire muy húmedo y cálido que traspasa el continente americano y se mete en el Atlántico, esa dinámica tan frenética de borrascas termina diluyéndolo. Pero probablemente dentro de 10 años las predicciones estacionales que están introduciendo todo tipo de ciclos naturales permitirá saber cómo va a venir el verano sin dudar.
Los ciclos naturales que más afectan a Europa…
El índice de oscilación del Atlántico Norte (la NAO, por sus siglas en inglés), la oscilación decadal del Pacífico y la oscilación ártica son unos patrones más o menos cíclicos que se dan en esos ámbitos grandes de la tierra y que al final tienen un cierto reflejo en la circulación atmosférica que es lo que al final provoca el tiempo que nos afecta.
Pero no son señales limpias, está todo mezclado y puede haber un año con una NAO muy negativa o viceversa que no se corresponde con lo que dice la teoría. Si sólo estuviera la NAO actuando sería muy fácil hacer predicciones estacionales aquí, pero está todo a la vez actuando. Si a eso añades luego otros factores, más volcanes, que el sol tiene más o menos actividad por un pico importante… Todo eso a al vez es lo que complica una predicción de esta naturaleza.
¿Cuanto condiciona la meteorología la geografía?
Bastante. Yo siempre pongo como ejemplo que si toda la superficie de la tierra fuera acuática, la dinámica atmosférica no tendría nada que ver, sería zonal, no habría ondas prácticamente. Esas grandes ondas que en un momento dado meten aire frío a Europa o aire cálido desde el sur están en buena parte provocadas por las grandes cordilleras de los grandes continentes que se van encontrando a su paso las masas de aire y provocan efectos dinámicos que provocan zonas de baja presión, etc. Sin esas grandes cordilleras viviríamos en un mundo muy distinto.
¿España complica y condiciona el pronóstico por su orografía?
Tenemos un país bastante complejo a nivel orográfico. El dato más claro es la gran diferencia que hay de agua acumulada en la vertiente cantábrica y en la mediterránea. Eso básicamente es por la orografía que tenemos. Si la Península fuera plana, llovería muchísimo más en Murcia o en Almería, en zonas que quedan mucho más protegidas por todo el relieve y apenas llega allí agua de frentes.
¿Cómo actúa el relieve?
Refuerza los frentes en la parte enfrentada a ellos y es donde llueve mucho y al otro lado se produce una sombra pluviométrica. Por ejemplo, buena parte de la meseta Sur no recibe apenas agua con situaciones del oeste, toda la zona costera del mediterráneo. Son sombras.
¿Cuáles son las situaciones más lluviosas en España?
Las de suroeste porque entran abiertas a las dos mesetas porque ya no hay obstáculos. Son las que entran por el valle del Tajo o del Guadiana. Lo normal de todos modos es que dominen las situaciones de norte noroeste.
¿Qué es una gota fría?
Lo que ocurre es que por la dinámica atmosférica, se genera una zona de baja presión que se refuerza porque encuentra, sobre todo en otoño, un aire súper cargado de humedad y súper caliente y entonces si hay un flujo de aire que manda esa humedad y esa temperatura hacia la costa se desencadena todo y por eso puede llover mucho en poco tiempo.
¿Qué fenómenos extremos meteorológicos destacarías en España?
Gota fría, ciclogénesis explosivas, la calima, las olas de calor o de frío. Son las sitiaciones atlánticas que pueden ser de noroeste o de suroeste y las situaciones mediterráneas que se generan de forma distinta.
¿Hay presión en el ambiente por parte del sector turístico hacia los meteorólogos?
Esas críticas existen pero están injustificadas. El hostelero nunca dice cuántos días al año el pronóstico ha sido acertado y la gente ha ido a sus establecimientos. Seguro que ocurre eso muchas más veces. ¿Por qué a veces hay equivocaciones? porque lo que se pide es el pronóstico local con muchos días de antelación.
Cinco días antes la gente quiere saber si el miércoles santo va a saber si va a llover o no en Sevilla, pero eso es una predicción imposible. Puedo saber a una escala regional o nacional a cinco o seis días pero si bajamos de escala me pide algo que no puedo ofrecer. Si pronostico algo local tiene que ser a nivel temporal y espacial. Por eso muchas veces viene esa queja a nuestro pronóstico, pero es lo que hay.
¿Eso se puede afinar más?
No, lo que estamos intentando es utilizar una herramienta que ya tenemos a nuestro alcance pero a la que no se ha dado mucha difusión que es utilizar términos probabilísticos. Al final lo que tenemos es información probabilísica. nunca voy poder asegurar nada pero si puedo dar probabilidades a partir de las cuales se tomen decisiones.
¿Vamos a ver entonces pronósticos con porcentajes en la televisión?
No lo tengo claro, sí que de alguna manera se va a tener que ir integrando cada vez de forma progresiva en los espacios de información meteorologica. A nivel gráfico se utiliza en Estados Unidos, por ejemplo con tormentas tropicales, a través de un cono de probablidad que con colores es fácil de interpretar. Habrá que integrar eso en los espacios del tiempo de alguna manera. Ese es un poco el reto para nosotros.
¿Hay países con climas mejores o peores?
Ahí hay un componente subjetivo, depende de cómo cada auno tolere el calor y el frío. Pero si vas hacia los dos polos te vas encontrando con situaciones más extremas. En el ámbito tropical hay una componente de humedad complicada de gestionar a nivel de metabolismo. Se supone que en latitudes medias o templadas, donde vivimos nosotros, pues es donde encuentras de mayor confort climático.
Esas zonas de mayor confort se suelen encontrar en zonas marítimas, costeras, donde hay menos continentalidad y en zonas que no están demasiado expuestas a la llegada de temporales. El Mediterráneo en general, aunque puede haber lluvias torrenciales, tiene muchos más días de confort que el Cantábrico.
Por eso los jubilados ingleses acaban en Alicante…
Sí, ahí buscan también los rayos del sol. En Alicante, Canarias… En la radio me han llegado muchas consultas de gente jubilada que quiere vivir en algún sitio, para que les recomiende. Mirando los datos objetivos de días de viento al final salen 3 o 4 sitios. El entorno del Golfo de Cádiz, Vejer de la Frontera, y Costa del Sol así como el extremo Sureste y Sur de Canarias.
*En 2019 José Miguel Viñas publicó ‘Conocer la Meteorología: diccionario ilustrado del tiempo y el clima’, el séptimo libro de José Miguel Viñas, meteorólogo y divulgador sobre el que hablamos en el blog.
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